El Ministerio de Cultura organizó un pasacalle en el corazón del centro histórico de Arequipa para conmemorar los 25 años de su declaratoria como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. La actividad reunió a estudiantes y docentes de siete facultades de Arquitectura de la ciudad, quienes rindieron homenaje a este hito que marcó un antes y un después en la valoración del patrimonio arequipeño.
La Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA) participó activamente en el desfile con sus estudiantes de Arquitectura, reafirmando el rol histórico que tuvo la casa agustina en el proceso que llevó a la declaratoria en el año 2000. Según recordó el decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Dr. Edgar García Anco, el aporte de la universidad fue determinante al realizar el levantamiento de 49 manzanas, casonas, iglesias y monumentos que sustentaron ante la UNESCO la riqueza del centro histórico.
“Los planos que hoy sirven como catastro y registro en la UNESCO son producto del trabajo de nuestros estudiantes y profesores. Fue una tarea que ni el municipio ni el ministerio podían realizar solos; por eso, la UNSA se convirtió en protagonista de este logro que ahora celebramos”, señaló el Dr. García Anco.
El pasacalle, que recorrió entre cinco y seis cuadras de las calles peatonales más emblemáticas, tuvo como propósito no solo recordar la declaratoria, sino también invitar a la ciudadanía a reflexionar sobre el cuidado y preservación del patrimonio. “Queremos motivar a la población para que entienda la importancia de conservar lo que nos da identidad y prestigio en el mundo”, agregó el decano.
Durante estos 25 años, la declaratoria ha permitido importantes avances en la ciudad. Entre ellos, la peatonalización de calles, la recuperación de casonas, la colocación de los “escudos azules” que protegen monumentos, y la inclusión de Arequipa en catálogos internacionales de turismo. Todo ello ha fortalecido la imagen de la ciudad como un destino cultural de referencia en Sudamérica.
La UNSA, junto a las demás universidades participantes, reafirmó su compromiso con la protección del patrimonio arquitectónico. Con la fuerza simbólica de un pasacalle, la celebración recordó que la declaratoria de 2000 no fue solo un reconocimiento internacional, sino también una responsabilidad compartida entre autoridades, academia y ciudadanía para preservar la memoria viva de Arequipa.
