El libro “Perspectivas de la gestión actual de sedimentos en nueve países de las Américas” que recoge una investigación realizada por investigadores de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa conjuntamente con la Colorado School of Mines de Estados Unidos, Suiza y la UNESCO, ganó un premio internacional de la Asociación Internacional para el Control de la Erosión (IECA).
El documento ha sido galardonado en la categoría “Difusión y promoción del conocimiento sobre el control de la erosión y los sedimentos”. La ceremonia de premiación se realizará en México a fines de septiembre, en donde se otorgará el premio al equipo editor que lo integra la docente Gisella Martínez de la Facultad de Geología, Geofísica y Minas de la UNSA.
Los expertos señalan que los sedimentos son considerados el principal contaminante de las aguas del planeta, siendo también el enemigo más letal de los reservorios de agua de los cinco continentes; de hecho, la capacidad global de almacenamiento de agua disminuye 1% cada año, debido a la acumulación de los sedimentos.
Similarmente, los sedimentos contribuyen a la contaminación del aire (MP10) en ciudades, tras ser evacuados de sitios en construcción, depositados en las calles durante las tormentas y luego volatilizados (una vez secos) por las turbulencias creadas por el tráfico vehicular. Estos son solo algunos de los efectos relacionados con un mal manejo de los sedimentos.
En este sentido, la región de las Américas no es la excepción, por lo que investigadores de la UNSA, de Colorado School of Mines, de Suiza y la UNESCO lideraron un interesante análisis regional sobre cómo distintos países están gestionando los sedimentos, en distintas áreas.
Gran parte de los países manifiesta preocupación debido a la inmensa cantidad de territorios afectados por la erosión y la desertificación, lo cual perjudica no sólo la productividad de la tierra, sino que además la calidad de las aguas e, incluso, la del aire en zonas urbanas (polvos fugitivos). De igual forma, la mayoría de los países informa tener problemas serios con la sedimentación de embalses, lo cual pone en riesgo las reservas nacionales de agua para distintos usos.
Por último, sin considerar el notable ejemplo de Estados Unidos con su Clean Water Act, no existen sistemas normativos que regulen eficientemente la emisión de sedimentos, siendo una excepción Uruguay, un país que se vio obligado a crear un sistema regulador relativamente eficiente (aunque sólo aplica a la agricultura), tras el hecho de que la erosión hídrica es considerada uno de sus principales problemas ambientales a nivel nacional. Otro caso relevante es Brasil, un país que pierde US$14 mil millones anuales como consecuencia de la erosión de suelos, creando así programas para proteger suelos privados aguas arriba. En el mismo sentido, Perú se planteó detener y revertir la erosión y desertificación en su territorio para el año 2030, un desafío que merece reconocimiento y representa un ejemplo a seguir para el caso de Argentina, Chile, Cuba y México, países que poseen gran parte de sus territorios bajo algún estado de degradación.
Por tanto, los editores recomiendan seguir el ejemplo estadounidense y crear en forma urgente normas que protejan tanto los suelos, como el agua y el aire, mediante sistemas legales que controlen efectivamente la emisión de sedimentos y den paso a la recuperación de suelos degradados en un lapso que no supere la década.
La publicación del ejemplar, de acceso gratuito en el link: https://es.unesco.org/sites/default/files/isi_perspectivas_de_la_gestion_actual_de_sedimentos_-_23-04-2021_web.pdf, fue resaltado también por la Revista Internacional de Contaminación Ambiental (Web of Science).