UNSA preserva acequia prehispánica de más de 900 años de antigüedad

Las primeras culturas prehispánicas que se asentaron en Arequipa convirtieron zonas desérticas en terrenos para la agricultura a través de acueductos. Uno de estos sistemas es la conocida acequia de Santa Rosa, que cruza por la ciudad y fue cubierta casi en su totalidad por pistas, veredas y edificaciones en más de 900 años de expansión urbana. 

Sin embargo, aún existe un tramo intacto de este cauce de agua, como evidencia de las actividades de los antiguos pobladores de la ciudad. Este espacio se encuentra a lo largo del área de Ingenierías de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA), que desde la década del 60 es su guardián.

La acequia es visible desde el cerco de la Av. Independencia y se abre camino en medio de edificios recientes como el CIALE de Ingenierías y otros emblemáticos y más antiguos como el pabellón Nicholson, sigue por la parte posterior de la Escuela Profesional de Física, pasa por un costado del estadio Ho Chi Minh, hasta la Av. Venezuela.

En la actualidad, la acequia mantiene el fin para el que fue creada, dar vida a las áreas verdes  y especies arbóreas, ahora propiedad de la Universidad y que contribuye al riego de terrenos agrícolas en diversos distritos.

Para el investigador y docente de la Facultad de Arquitectura, William Palomino Bellido, Santa Rosa es la que mejor preservó sus características primitivas. En calles como Santo Domingo o San Francisco ya están cubiertas, pasan por debajo de la ciudad formando acueductos modernos

“En la UNSA queda como testimonio único del sistema agrícola prehispánico, con presencia de la cultura Churajón, entre 1100 y 1300 d. c., anteriores a la fase inca, en el proceso de ocupación del valle había una zona transformada como área agrícola”, explicó.  

El arquitecto acotó que parte del proceso urbanístico de los años 60 y 70 involucran el crecimiento de la ciudad de Arequipa en función de las acequias históricas, sin embargo, sobre 1912, la ciudad empezó a crecer sobre ellas, en la parte sur de la Av. Olímpica y la zona del estadio Melgar. Después de esta época, el crecimiento se dio hacia el lado este de la ciudad y dentro de ellos estaba la acequia de Santa Rosa se tomó como referente para el proceso de crecimiento urbanístico.

“Esa acequia daba agua y activaba la zona agrícola de San Jerónimo y la Quinta Tristán, tierras de Tristán del Poso, la famosa familia de Flora Tristán”, contó.

Propuesta

Preservar y darle el espacio necesario a la acequia de Santa Rosa, también es cuidar la historia de Arequipa. Por ello, el arquitecto William Palomino espera que este acueducto pueda ser protegido como parte del patrimonio de la ciudad.   

“Tomando en cuenta la ley de conservación del patrimonio esta acequia tendría que estar ya declarada como patrimonio arqueológico, su denominación es anterior al periodo colonial”, mencionó durante una entrevista.

Existe un proyecto y propuesta para que esta zona no sea transformada y siga como área de protección ambiental con el objetivo de preservar una acequia de 900 años, con elementos de regulación ambiental.